sábado, 10 de octubre de 2015

Comer

Comer

Cuando Dios creó al hombre le dio un mandamiento: come!
Se ha dicho que cuando comemos, estamos muy cerca de nuestro Creador. Al menos tenemos que reconocer que cuando estamos frente a lo que será nuestra comida, sin ser personas de mucha fe, damos gracias a Dios por los alimentos. En ese momento nos damos cuenta que Dios siempre tiene cuidado de nosotros. 

Algo muy parecido sucede cuando por alguna razón no tenemos frente a nosotros la porción que saciará nuestra hambre. Inmediatamente recordamos que hay un proveedor y entonces cuando elevamos nuestra plegaria mas genuina: Señor, dame de comer. 

Jesus nos enseño a orar al Padre dándonos el modelo perfecto. En esa oración decimos: el pan nuestro de cada día, dánoslo hoy!

Comer es para mi uno de los actos mas espirituales. Es a la hora de comer cuando reflexionamos agradeciendo por la provisión, nos acordamos de los que nada tienen y damos gracias porque de alguna manera estamos confiados que el que proveyó hoy, será fiel el día de mañana.

En las culturas occidentales, comer es todo. Comemos cuando hacemos negociaciones de todo tipo. La hora de la comida es el momento especial donde nos reunimos en familia a compartir. Es el tiempo de observar las reacciones de cada persona cuando degusta cada una de las preparaciones de la mesa. Felicitamos a quien trabajo con amor y esmero por darle cada plato su toque especial.

Quien cocinan, deben hacerlo con amor y entrega. Cada plato llega a ser una poesía, una sinfonía de sabores que expresan el afecto y respeto que tenemos para quienes cocinamos. 

No hay nada mas hermoso que alimentar y producir placer con nuestro trabajo a quienes amamos.


Por cierto, Gracias mi Dios por darme la dicha de ser un cocinero de corazón!

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